La tarea del abogado es la misma que la de la justicia: hacer que se dé a cada uno lo que es suyo. De manera que el que es amenazado injustamente en su vida, en su honor, en su libertad o en su propiedad, encuentra en la justicia y en nosotros protección y seguridad. No hay en la sociedad ningún derecho desconocido, ninguna libertad hollada, que no busque el patrocinio de un abogado que esté dispuesto a sacrificarse por un interés que no le atañe. Nuestra profesión tiene por bases la probidad, el trabajo y el desinterés.
Autor: Gustavo Gómez Velásquez.