A estudiantes, profesores, abogados, jueces -entre los cuales me incluyo- y activistas de derechos humanos los atormenta que "en el infierno no habrá otra cosa que derecho, y se observará meticulosamente el debido proceso". Esa frase, escrita por el académico norteamericano Grant GILMORE, evidencia que el derecho puede mantener un statu qua de injusticia y de discriminación. Sin embargo, no se puede olvidar que también tiene el potencial de volver realidad la emancipación política de una comunidad marginada, al reivindicar sus derechos. Se trata de reconocer las múltiples caras del fenómeno jurídico, entre ellas la opresión, la violencia o la resistencia, y aprovecharlas para eliminar las exclusiones que existen en una comunidad. Consientes de esa naturaleza diversa, sectores de la sociedad civil identificaron en el derecho una vía complementaria de la lucha social, escenario donde los jueces jugaron un papel importante en la remoción del averno.
Autor: Camilo Augusto Delgado Rodríguez.