Tanto el médico como el abogado en el ejercicio profesional, deben educarse a la lex artis, entendida como un conjunto de conocimientos de la ciencia en un momento derterminado en el primer caso, y como la normativa y jurisprudencia vigente en un tiempo específico, en el segundo. La medicina tiene en miras a la salud psicofísica de la persona, la abogacía, en cambio, direcciona su mirada a la protección del ejercicio de los derechos consagrados en el plexo constitucional de Colombia, como, asimismo, en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos.