El Derecho y las normas externas se pueden considerar, como la educación, algo artificial -lo mismo ocurre con la tecnología-, pero de igual forma que las máquinas condicionan nuestro desarrollo cognitivo, los marcos de instrucción pública y las normas jurídicas orientan el progreso biológico humano.
Estas consideraciones se proyectan sobre el origen y sentido mismo del Derecho, incluso sus raíces "naturales", en una compresión integradora de la norma positiva, la convención social y el instinto humano derivado de su propio sentimiento de justicia, en el afán de encontrar la primera fuente común de normas y educación.
Autor: Ricardo Rivero Ortega.